30.10.06

Toca cambiar la hora...

... la noche de este sábado a domingo. Pero en El Naranjal no la cambian. Por eso durante medio año, si acá preguntas qué hora es, te responden con una larga frase. “Son las doce de hora Naranjal, la una en hora otra”.

Y si preguntas cómo es que no cambian sus relojes, los hay que se encogen de hombros y sonríen como para decirte “¿Y por qué decide alguien que la hora se cambia si nosotros vamos con el sol y el sol ahí sigue igualito?”, y los hay que sonríen, se encogen de hombros y dicen que para qué buscar explicación si ya uno “buscó, buscó y ya no buscó”.

“Y ya no buscó” porque en yucateco el verbo ‘encontrar’ simplemente no existe; el ‘buscar’ hace la función de ambos, y cuando uno oye “ya lo busqué” nunca sabe si es que el que platica ya lo encontró o que nomás ya se perdió.

Por eso se ríen todavía de aquél que llegó diciendo que venía a encontrarse a sí mismo... “Buscó, buscó… y ya no buscó”.