3.11.06

Cuando abrió la puerta de su casa...

...y dejó la bolsa en el suelo y cerró la puerta, cuando se sirvió un vaso de Baylies y descorrió las cortinas, cuando se quitó la ropa y dejó el vaso de Baylies en la cocina y escuchó los mensajes en el contestador, cuando sintió sueño, pesadez en los párpados, pero en lugar de meterse a la cama y dormirse se terminó de desnudar y se dio una ducha, cuando se tumbó por fin y cogió el libro que ni llegó a abrir, sólo entonces se dio cuenta de que seguía sonriendo.

No en vano la celebración del Día de Muertos en México tiene tanta fama, pensó.

Y aún estando en Cancún, una ciudad sin mucho de nada y sin nada de México, para alguien extranjero vivir cualquier homenaje a la muerte es algo sumamente bonito.

Se habían reunido en casa de X y habían sido pocos, nomás cuatro al inicio y dos más que llegaron al rato. Nadie originario de Cancún (por el simple hecho que no existe persona alguna de más de 20 años con raíces cancunenses) y todos con muertos en sus vidas (¿y quién, pues, no tiene sus difuntos?).

Se habían animado, la noche antes, X y su compañera de piso y habían montado una ofrenda en el comedor. Allí, en el pequeño escritorio al lado de la mesa habían puesto las velas y, como manda la tradición (“Y aunque no lo mandara”, habían dicho), también cosas que les gustaban a los muertos que querían recordar. Al llegar el resto al día siguiente, todos habían querido añadir cosas a la ofrenda. Incluso hubo quien llegó a cruzar de nuevo la ciudad para ir a traer lo que tenía en su casa.

Una camisa del abuelo de X, cigarros para el amigo de G, vino para la abuela de Z… y fotos. En una se veía a la tía de J riendo ante la mueca que le hacía un chamaquito; “El pequeño soy yo”, había contado J.

Comieron rico y la sobremesa consistió en hacer aquello que cada uno solía hacer con las personas que hoy recordaban. Jugaron al Remigio, que es con lo que M pasaba las tardes de domingo con su abuelo; G contó todos los chistes que recordaba de su amigo –… “Le dice una mujer a su esposo, cariño ya nunca me dices nada con amor, y el esposo le suelta ¡Amorfa!”-; luego dibujaron, cuando M y Z se percataron que sus respectivas abuelas tenían esta misma afición; y J los dejó a todos boquiabiertos con un sinfín de trucos de magia. M había contado cuánto le gustaba a su amiga la magia y ésta fue la excusa perfecta para que J empezara a sacar monedas de las orejas de los tertulianos.

Y así pasó el día y entró la noche. Llovía, cómo no, así que abortaron el plan de ir al panteón a ver si en Cancún también llegaba la gente a bailar con sus muertos. “Que bueno que los mayas tuviesen esta concepción de la muerte… he vuelto a sentirme como me hacía sentir mi abuelita, y eso a ella le hubiera encantado”, había dicho X.

8 Hi diuen la seva:

A les 4.11.06, Anonymous Anónimo diu...

Eres buena corresposal de lo cotidiano, de instantes no necesariamnete precisos, sino un instante sin pretensión de serlo, más bién casi sin instante, de todo aquello que acontece y que nadie eleva a la reflexión. Sigue estas vías, sigue observando y constatando instantes sin serlo mucho. Un fuerte abrazo. De momento no voy a facilitar mi identidad hasta que sea el instante preciso.

 
A les 5.11.06, Blogger mnk diu...

Gracias, Anonymous... acá sigo, pues, esperando el momento preciso que facilites tu identidad. Un abrazo

 
A les 6.11.06, Anonymous Anónimo diu...

Celebro aquest nou mitjà per comunicar-te amb l'exterior (que com tots els que et llegim). Una abrçada matinera des de laMalla.net

 
A les 6.11.06, Blogger Losi diu...

Monik, quin dia dels morts més guai. Tot i que aquí, anar al cementeri també té la seua gràcia. Des de ben menuda he ajudat a ma mare a preparar els rams de flors (molt bonics, res de flors artificials) i m'encantava com quedaven una vegada col.locats al costat de la làpida del difunt homenatjat. La meua iaia, en este cas. Cada any, quan anava al cementeri per Tots Sants m'encantava comparar les làpides i buscar algun detall en elles que les fes diferents de la resta (el color, algun missatge especial escolpit al marbre...). Però s'ha de reconèixer que la festa dels difunts ací és molt més grisa si la comparem amb la de Mèxic. No hay color, vaya! jeje

 
A les 6.11.06, Blogger mnk diu...

Una abraçada així de gran a totes les malleres (les dames primer, això sempre, jeje) i malleros del món mundial. I una altra, també així de gran, a tot exenredat que corri per ací.

 
A les 7.11.06, Anonymous Anónimo diu...

i encara continuen les tardes de Remijio...
un petonas!!!!!!

 
A les 12.11.06, Blogger Antonio Almansa diu...

las citas de la derecha yo las conozco, yo sé quien te dio esos libros. suerte, un beso.

 
A les 12.11.06, Blogger mnk diu...

Ciero, Javier. Y por tu culpa también ahora tengo 2666 amantes. Leo lento; que cada párrafo es un mundo.

Un beso

 

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